miércoles, 20 de julio de 2011

Ya va siendo hora...

de dejar de jugar al escondite, Bolsa estúpida.

Levanta la cabeza, da la cara y déjate de gilipolleces.

miércoles, 13 de julio de 2011

...

..., aunque parezca extraño.

..., aunque no lo diga nunca.

..., aunque siempre me acabe sintiendo egoísta.

..., aunque en un principio no pareciera tenerlo claro.

..., aunque a veces parezca tener 5 años.

..., aunque me dedique a hinchar los carrillos y fruncir el ceño.

..., aunque llame sumatorio a Σ.

..., aunque luego diga que eso de las novelas rosas es un asco.

..., aunque me falte sensatez.

..., aunque no sepa escribirlo y entonces ponga puntos suspensivos.

..., aunque no sepas si 11 ó 3.


Aunque te resulte difícil de creer, que, espero, no sea el caso, ...

viernes, 8 de julio de 2011

Un mundo en sepia.

De mal humor de pronto. Con ganas de llorar, incluso. "¿Será el tiempo?" me preguntas, te preguntas o, sin más, preguntas.

Miro hacia el cielo nublado, gris, lloroso. Las nubes no son hoy de espuma, de nata ni de relleno de cojín. Son de polvo, de niebla.

"O tal vez la luz." añades, ausente. "Es una luz bastante triste."

Y es cierto. Al mirar la calle, todo parece ser mucho más antiguo de lo que es en realidad. Parece un mundo sin rojo o azul; solo con blanco, negro y ténues tonos ocres, marrones y grises. Un mundo antiguo y muerto. Un mundo melancólico. Como cubierto por un velo que lo hace triste y apagado. Un mundo en sepia, como en un flashback.

"¿Será el tiempo...?" me pregunto, te pregunto o, retórico, afirmo.

viernes, 1 de julio de 2011

El inprotagonista

- No pretendo sonar catastrofista. No digo que esto sea el fin del mundo, ni mucho menos. De hecho, sé que no es el fin del mundo, y sé que nada se va a detener cuando esto pase, ni que va a cambiar la velocidad a la que transcurren las cosas. De hecho, el problema es ese.
>> Desde que nacemos, solo somos capaces de sentirnos a nosotros mismos, así que, queramos o no, siempre somos nostros y estamos con nosotros. De hecho, todo lo que importa para nosotros gira a nuestro alrededor. Todo gira a nuestro alrededor. Lo que le sucede a alguien que no conocemos no parece importante. Hay veces que no parece real siquiera, como si se tratase de una historia que alguien inventó para añadir detalles a tu vida que la hagan más realista. Como un libro. Nos sentimos como en un libro. No podemos saber más de lo que está escrito, pero tampoco importa demasiado, porque lo no escrito no nos afecta.
>> ¿Por qué me miras así? Ya te he dicho que no quiero sonar catastrofista. Es simplemente que siempre me consideré protagonista de la historia, ya sea por arrogancia o porque no conocía la historia al completo. Y ahora va y me paro a pensar y, ¿qué descubro? Resulta que no soy el protagonista para nada. La historia no depende de mí. Ni de lejos, vamos. Porque las cosas van a suceder igual, con o sin mí. Soy un inprotagonista. No puedo modificar más que una ínfima parte de la historia, y creo que ahora mismo es un poco tarde para que ese cambio signifique algo realmente.
>> Puede que sí suene catastrofista... Un poco. Y autocompasivo, lo sé. Pero... ¿Cómo decirlo? Es difícil pasar de ser protagonista a no llegar a secundario. Y el ego duele. Yo aporto un poco a la historia, no lo niego, pero no soy indispensable. Oh, venga... No me refiero a que sea una mierda, ni mucho menos. Podré aportar algo a alguien, aunque sea poco, pero esa no es la cuestión. Déjate de miradas de reproche. Lo que pasa es que yo sin todos no sirvo para mucho, pero a la inversa... Pues aún se hace algo, ¿no?
>> Lo que no entiendo es... Si el protagonista no soy yo... ¿Quién es? O sea... Tal vez no haya ninguno, porque tendría que ser una persona de la que todos dependen para ser por completo, y, que yo sepa, de eso no hay. ¿Sabes qué? Mejor lo dejamos... No vamos a llegar a ninguna parte con esta conversación. Es un tema estúpido y siento haberlo sacado. Filosofar no es lo mío. Me emociono mucho, pero realmente digo cosas que todos han pensado alguna vez, supongo. Nada innovador ni original, así que... Gracias por escuchar mis desvaríos de loco.
- Pues mira... Yo no te puedo decir que seas protagonista de la historia, ni que lo que me has dicho sea la novedad más novedosa, pero créeme cuando te digo que, por lo menos, en la mía, nada sería lo mismo si tú no estuvieras.