- Deberías echar un poco más de sal a ese café.
Me miras y asientes. Haces lo que digo. Entonces bebes.
- Sabe mucho mejor así -explico.
- Tienes razón -reconoces nada más paladearlo.
Mientras sorbes la bebida caliente me miras de reojo. Sé que te demoras más en tomarla para que la porcelana selle tus labios; para no tener que hablar. Finalmente, con suma delicadeza, dejas el humeante recipiente sobre su platito.
Uno de los muchos loros que vuelan por la habitación me entrega una carta y se marcha de nuevo, reuniéndose con sus compañeros de vivos colores.
- ¿Qué querías decirme? -me preguntas.
Te muestro la carta con una ancha sonrisa.
- Es el quince de picas -te digo.
- Esa carta no existe.
- Pero aquí la tengo. ¿No la ves?
Dejo que una ardilla de piel moteada se lleve la carta y yo misma tomo un sorbo de mi café.
- No soporto el té -murmuro-. Tampoco soporto tener las uñas demasiado largas.
Tú ríes.
- A mí no me gusta el café -me dices.
- ¡Maldición! Pude traerte otra cosa. Tengo zumo de lirio. Aún podría hacerlo, sin embargo no me apetece levantarme, por lo que espero que no te incomode que no lo haga.
Niegas lentamente y yo me recuesto en el sillón que me sujeta.
- ¿Hay algún motivo para que me hayas hecho venir o solo querías tomar un café conmigo?
- Ambas -respondo.
- Eso es imposible.
- Entonces es solo porque quiero decirte que te quiero.
Enarcas una ceja y noto como una risilla pugna por abandonar tus labios.
- ¿Me quieres? -preguntas, mitad incrédula y mitad jocosa.
- ¿Y no puedo hacerlo acaso? ¿Quieres unas pastas?
- No me gusta mezclar pastas y café con sal.
- Suele pasar. No es una combinación demasiado normal.
Tu sonrisa se ve tensa de pronto. Me disculpo y abandono mi asiento.
- En fin... Ya hablaremos luego de esto. Ahora tengo que ir a cazar búfalos.
Sugoi ù_u
ResponderEliminarme gustó encarecidamente el relatillo o.o el tono es tan uniforme que está entre indiferencia, ironía y comedia XD creo que has plasmado adecuadamente la sensación XD
PA por mi parte ù_u