jueves, 17 de noviembre de 2011

Cansada

Estoy muy muy cansada, no sé si me explico.

Como...

Como si hubiera envejecido unos cuantos años y ahora me pesasen los hombros, los párpados y la sonrisa.

viernes, 11 de noviembre de 2011

11/11/11

Suena que asusta, ¿verdad? Porque aunque todos digan que el fin dle mundo será en 2012, a mí me parece que que un número se repita tantas veces (y no 1 ni 2, sino 3) es algo digno de esconderse bajo una cama si eres supersticioso. Aunque claro, es mi opinión.

Para mí, el día once del mes once de un año que acaba en once significa más cosas que el fin del mundo (hipotético).

Hoy, por ejemplo, es el día en el que nuestro profesor de montaje nos ha hecho caso al fin y ha permitido que nos cambiemos de cabina (mi compañero de montaje y yo) porque llevábamos ya bastante tiempo con el ordenador sin funcionar.

Hoy también es un día especial porque va a empezar un nuevo fin de semana, y eso siempre es digno de celebrar.

Además, hoy tuve un sueño en el que grababa una peli con algunos amigos y una de ellas no me hacía de caso porque no quería que la grabase de perfil (en mi sueño también iba a hacer selectividad otra vez... brrr).

Pero hoy, onde del once del once, es un día especial por algo mucho más importante que un sueño, un ordenador medio estropeado o que mañana sea sábado. Hay un acontecimiento mucho más memorable, feliz y lleno de emotividad.

Solo que... No me acuerdo : 3 (Es broma, eh...)

Feliz día 11!!

viernes, 28 de octubre de 2011

¡¡Felicidades!!

Bueno, ¿y qué decir? Debí haber escrito este post de madrugada, a eso de las doce en punto, para poder decir "tal vez no haya sido la primera felicitación, pero sí que es larga para ser tan pronto", pero, por una cosa u otra, terminé yéndome a dormir a eso de las diez y a las doce y un segundo estaba demasiado en fase REM como para siquiera mandarle un cutre sms... Así que lo dejé para luego, pero es que eso de levantarse a las siete y pico es malo para el cuerpo, y la mente no andaba muy fina, así que tampoco pude en esa ocasión escribir nada digno de provecho para decirle en un día, por otra parte, tan especial como lo es hoy.

Yo soy, más bien, un ser nocturno. Espero que lo entienda. Pienso mejor por la noche, a la ténue luz de una lámpara y, a poder ser, con algo de comida al lado. Preferiblemente barato y colesterólico.

Y, bueno... ¿Qué voy a decirle? Además de "¡¡¡FELICIDADES!!!", claro... Se ha pasado su dieciocho cumpleaños en un tren... Para venir hasta aquí (sé que no por mí, pero la verdad es que es como si el reglalo lo hubiera hecho ella, y no nosotros). Se agradece mucho tenerla de vuelta, y hablo en serio. Si hablara en broma, todo estaría lleno de equisdés y cosas de esas.

Supongo que como es su dieciocho cumpleaños, debería hacer algo del estilo:

"Nos conocemos desde que teníamos seis añitos (qué pequeñitas que éramos) y desde aquel momento hemos compartido un montón de cosas juntas, tanto buenas como malas. ¡¡Y las que quedan!! (Rick Dehnel, hijo de...)."

Pero no lo voy a hacer. No voy a narrar nuestra vida juntas, ni nuestro futuro, ni nuestro pasado. Ella ya lo conoce, y tampoco tengo especial interés en convertir en unas memorias lo que solo debería ser un "Cumpleaños feliiiz~~" cantado a destiempo entre tres o cuatro.

Yo escribo esto para felicitarla, y solo para eso, aunque sea a última hora y de mala manera. Y aunque quizás no llegue a usar palabras bonitas o ñoñas, a recordar grandes momentos o a mencionar a cierta rubita...

Le deseo muchas felicidades en su cumpleaños, pero no porque sea su cumpleaños, sino porque es ella.

Esto está dedicado a alguien a quién la palabra "amiga" se le queda corta. Así que lo dedicaré de forma que quede claro la importancia de esa persona.


Para ti.

martes, 18 de octubre de 2011

Connor.

[...]

Abrió los ojos, quedando estos desorbitados. Apretó los labios -los de arriba, no los de abajo - y los muslos, y cruzó los brazos con tensión, apretándose las costillas flotantes como si quisiera estrechar más su cintura, constriñéndose. Y lo miró, por supuesto, a él y a esa sonrisa arrogante y ladeada, y a su cabello despeinado concienzudamente, y posteriormente engominado, de forma que no hubiera (y en verdad no había nadie) quién lo domara.

- No te asustes -canturreó él melodiosamente.

Un escalofrío la recorrió de arriba abajo y tuvo que retroceder un paso, asqueada, pero también asustada. ¿No era, al fin y al cabo, más fuerte que ella? Podría forzala a hacer lo que quisiera, aunque si lo hubiera conocido mejor sabría que él jamás hacía esas cosas.

Solo era un baboso. Cualquiera se lo hubiera dicho.

No había baboso más desagradable que Kevin Connor, y eso lo sabían todos, pero ella solo podía mirar el bulto que se intuía en sus pantalones y temblar, y no de frío, en aquella estrecha calle de Nueva York.

martes, 4 de octubre de 2011

.

Había estado dándole vueltas a todo, pero la muy cobarde nunca había sido de las que actúan, y eso lo sabían todos, pero ella la primera. Prefería quedarse largas horas mirando a un punto en la pared, buscándole forma, quizas de palabras, quizás de imágenes banales y tontas, que pensar en esa especie de opresión que la apretaba cada vez más, que le quitaba cada vez más aire.

Muchas cosas habían sucedido en poco tiempo, y entonces se sentía sobrepasada. Algunas cosas eran buenas, otras malas, pero las personas desordenadas siempre tenían problemas para establecer el orden cuándo era preciso, y ella, sin duda lo era. Y aunque no le gustara cómo se desarrollaran las cosas, por alguna razón que ningún científico logró descifrar jamás, prefería golpearse contra una pared cien mil veces en la cabeza que... Que... Que...

¿Que qué?

Sin duda parecía estar loca, pero no uno de esos locos simpáticos que solo dicen cosas de chalados, te saludan con un sombrero imaginario y se van. Ella parecía de esos locos a los que molesta encontrarse. De esos que no iban de acuerdo con el comportamiento humano lógico. Ni con el ilógico, vaya.

Más monstruo que persona.

Tampoco es que realmente fuera una desequilibrada. Simplemente, lo que hacía no tenía explicación ni para ella misma.

Tal vez, se decía, era solo pánico.

Boston, de Augustana


ó_ò

martes, 20 de septiembre de 2011

Hasta pronto

- Ha pasado mucho tiempo, ¿verdad?

- ¿Mucho tiempo? ¿De qué hablas?

- Pues del día que nos conocimos. Aunque, realmente no lo recuerdo demasiado bien. De hecho, ni demasiado bien ni un poco. Solo tengo recuerdos rotos, partidos, deshechos, como retazos de recuerdos que no estoy segura de cómo juntar. Como si cada recuerdo fuera un trocito de tela con los hilos colgando, y los hay de todos los colores: negros, grises, rojos, amarillos, azules, verdes, marrones, violetas... ¡Todos y cada uno de ellos! Y no hay quién sepa cómo resolver el puzle que esas piezas de tela, de recuerdos, es decir, forman. Es un puzle imposible, sin respuesta, y me desespera.

Hundo las manos en los bolsillos. Están llenos de bolitas de papel y otras cosas que no logro identificar, y también de pesadumbre. Esbozo una sonrisa forzada, como una herida, atravesando el rostro de un lado a otro, en diagonal. Mis ojos miran hacia abajo, pero no hacia el suelo, sino hacia un punto inferior de algo sin identificar, buscando algo que mirar que no seas tú.

- El tiempo ha pasado volando, eh. Echo la vista atrás y parece que ha sido menos del que en realidad transcurrió. La primera vez que te fuiste me dijeron que volverías, y con esa esperanza mantuve la sonrisa. Y así fue, y aquí estás. Nadie mintió.

>> Pero nadie me dijo que te irías de nuevo.

>> Perdona si lloro. No es nada. Es que te voy a echar mucho de menos.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Se acaba el veranooo...

y es algo de lo más terrible.

Pensadlo bien y os daréis cuenta de que podríais haber hecho un millón de cosas más.

Dos, tal vez...

miércoles, 20 de julio de 2011

Ya va siendo hora...

de dejar de jugar al escondite, Bolsa estúpida.

Levanta la cabeza, da la cara y déjate de gilipolleces.

miércoles, 13 de julio de 2011

...

..., aunque parezca extraño.

..., aunque no lo diga nunca.

..., aunque siempre me acabe sintiendo egoísta.

..., aunque en un principio no pareciera tenerlo claro.

..., aunque a veces parezca tener 5 años.

..., aunque me dedique a hinchar los carrillos y fruncir el ceño.

..., aunque llame sumatorio a Σ.

..., aunque luego diga que eso de las novelas rosas es un asco.

..., aunque me falte sensatez.

..., aunque no sepa escribirlo y entonces ponga puntos suspensivos.

..., aunque no sepas si 11 ó 3.


Aunque te resulte difícil de creer, que, espero, no sea el caso, ...

viernes, 8 de julio de 2011

Un mundo en sepia.

De mal humor de pronto. Con ganas de llorar, incluso. "¿Será el tiempo?" me preguntas, te preguntas o, sin más, preguntas.

Miro hacia el cielo nublado, gris, lloroso. Las nubes no son hoy de espuma, de nata ni de relleno de cojín. Son de polvo, de niebla.

"O tal vez la luz." añades, ausente. "Es una luz bastante triste."

Y es cierto. Al mirar la calle, todo parece ser mucho más antiguo de lo que es en realidad. Parece un mundo sin rojo o azul; solo con blanco, negro y ténues tonos ocres, marrones y grises. Un mundo antiguo y muerto. Un mundo melancólico. Como cubierto por un velo que lo hace triste y apagado. Un mundo en sepia, como en un flashback.

"¿Será el tiempo...?" me pregunto, te pregunto o, retórico, afirmo.

viernes, 1 de julio de 2011

El inprotagonista

- No pretendo sonar catastrofista. No digo que esto sea el fin del mundo, ni mucho menos. De hecho, sé que no es el fin del mundo, y sé que nada se va a detener cuando esto pase, ni que va a cambiar la velocidad a la que transcurren las cosas. De hecho, el problema es ese.
>> Desde que nacemos, solo somos capaces de sentirnos a nosotros mismos, así que, queramos o no, siempre somos nostros y estamos con nosotros. De hecho, todo lo que importa para nosotros gira a nuestro alrededor. Todo gira a nuestro alrededor. Lo que le sucede a alguien que no conocemos no parece importante. Hay veces que no parece real siquiera, como si se tratase de una historia que alguien inventó para añadir detalles a tu vida que la hagan más realista. Como un libro. Nos sentimos como en un libro. No podemos saber más de lo que está escrito, pero tampoco importa demasiado, porque lo no escrito no nos afecta.
>> ¿Por qué me miras así? Ya te he dicho que no quiero sonar catastrofista. Es simplemente que siempre me consideré protagonista de la historia, ya sea por arrogancia o porque no conocía la historia al completo. Y ahora va y me paro a pensar y, ¿qué descubro? Resulta que no soy el protagonista para nada. La historia no depende de mí. Ni de lejos, vamos. Porque las cosas van a suceder igual, con o sin mí. Soy un inprotagonista. No puedo modificar más que una ínfima parte de la historia, y creo que ahora mismo es un poco tarde para que ese cambio signifique algo realmente.
>> Puede que sí suene catastrofista... Un poco. Y autocompasivo, lo sé. Pero... ¿Cómo decirlo? Es difícil pasar de ser protagonista a no llegar a secundario. Y el ego duele. Yo aporto un poco a la historia, no lo niego, pero no soy indispensable. Oh, venga... No me refiero a que sea una mierda, ni mucho menos. Podré aportar algo a alguien, aunque sea poco, pero esa no es la cuestión. Déjate de miradas de reproche. Lo que pasa es que yo sin todos no sirvo para mucho, pero a la inversa... Pues aún se hace algo, ¿no?
>> Lo que no entiendo es... Si el protagonista no soy yo... ¿Quién es? O sea... Tal vez no haya ninguno, porque tendría que ser una persona de la que todos dependen para ser por completo, y, que yo sepa, de eso no hay. ¿Sabes qué? Mejor lo dejamos... No vamos a llegar a ninguna parte con esta conversación. Es un tema estúpido y siento haberlo sacado. Filosofar no es lo mío. Me emociono mucho, pero realmente digo cosas que todos han pensado alguna vez, supongo. Nada innovador ni original, así que... Gracias por escuchar mis desvaríos de loco.
- Pues mira... Yo no te puedo decir que seas protagonista de la historia, ni que lo que me has dicho sea la novedad más novedosa, pero créeme cuando te digo que, por lo menos, en la mía, nada sería lo mismo si tú no estuvieras.

lunes, 27 de junio de 2011

Cumpleeaaañooos! (Egocéntrica yo)

Hoy me han bloqueado temporalmente mi cuenta de siempre de msn, supongo, por culpa de un virus. Es un asco...

Casi me sale una lagrimilla hablando por teléfono con una amiga que me llamó (pero solo una pequeñita de nada, eh).

Es mi cumpleaños y voy y lo posteo en mi blog, sí XD Así de especial soy.

El número da igual. Lo que verdaderamente me alegra es tener gente con la que compartirlo. Y no es que sean muchos, pero... ¡Qué mierda! Son los mejores que podían haberme tocado. Y yo sin creer en la suerte...

lunes, 13 de junio de 2011

Los mejores...

Fines de semana extraños que comienzan el viernes y terminan el lunes (¿?).

Esos en lo que lo raro es que pase algo normal.

Esos...

Los mejores...

jueves, 9 de junio de 2011

¿Cómo te encuentras?

- ¿Cómo te encuentras?

- Pues... No sé... Por lo general, suelo estar en el mismo sitio que yo mismo, creo que es lo normal, así que no necesito buscarme. Luego ya, si me perdiera, trataría de llamarme por teléfono, o a gritos o... Si tal esperar a dar señales de vida, porque a lo mejor no estoy con ganas de ver a nadie y por eso he desaparecido. Y... Bueno... Si lo que quieres es buscarme tú y me estás pidiendo ayuda, yo optaría por ir al sitio de siempre, que es al que voy cuando me aislo, ya lo conoces, aunque no tengo ni idea de si has probado antes yendo a mi casa. A lo mejor estoy allí y tú aquí, preocupado por nimiedades. Si hay muchas formas de encontrar a alguien, hombre. Si hubiera sabido que te preocupaba tanto mi posición a lo mejor hasta te dejaba ponerme uno de esos microchips raros que usan en las películas de espías y me buscabas con un gps o vete tú a saber...

- No me refería a eso y lo sabes.

- Sí, pero era eso o decirte que estoy en la mierda. No sé... Me apeteció ser original por una vez.

martes, 7 de junio de 2011

Era como media persona...

Era como media persona. ¿Quién sabe? Tal vez menos, incluso. Y con cada suspiro se reducía más, y se apagaba, y entonces uno tenía que mirar hacia el suelo mientras caminaba, fijándose bien, para no pisarlo sin querer. Y eso cuando no estaba tan apagado que se confundía con las sombras. ¡Eso era lo peor! Se camuflaba entre la pata de una mesa y la pared y se pasaba allí horas. ¡A ver si alguien lo encontraba entonces! Más valía no necesitarlo esos días, porque dar con él era, como poco, complicado.

Tenía los dientes muy blancos, la nariz muy recta y los ojos oscuros. Me gustaba mirarlo, cuando se dejaba ver, claro. Además, siempre iba encorvado, como si lo hubieran derrotado, aunque solo era porque es así como caminan los adolescentes. Desgarbado. Esa es la palabra. Sus andares desgarbados y sus pies, ligeramente grandes para su altura, me resultaban de lo más gracioso.

Tenía los dedos largos y delgados. Parecían frágiles, o de pianista, o de monstruo, aunque él no lo fuera. También tenía los pómulos y la mandíbula marcados, como si le faltara la carne, y la espalda estrecha con todas las vértebras dibujadas sobre la piel, de forma que podían contarse sin necesidad de acercarse.

Su voz me agradaba, pero no su tono, ni las palabras que usaba. Me gustaban más las que no decía, las que callaba, las que pensaba y guardaba por orgullo, por juventud o por razones que solo él conocía. O por estupidez. Porque de eso él siempre tuvo mucho. Otra cosa no, pero estúpido...

Más o menos así era él. Más menos que más, por supuesto. No se puede describir a una persona por completo: solo conocerla. ¡Y ni siquiera se puede conocer por completo! Y menos a él, que, al fin y al cabo, era como media persona. ¿Cómo conocerlo entero?

Llegué a vislumbrar la otra mitad un par de veces. Era difícil de ver porque cuando salía era cuando él se escondía; se escapaba. La otra mitad era más triste, más melancólica, más gris, pero también más tierna. Era una mitad a la que de verdad me hubiera gustado abrazar.

No lo hice, por supuesto, porque a esa mitad le gustaba estar sola. Tal vez no le gustaba y lo necesitaba. La cuestión es que esa mitad de él, eso que tan bien se guardaba, solo salía cuando no había nadie más.

No sé cómo era él cuando era una persona entera. No sé si caminaba erguido, con orgullo, o si, por el contrario, desaparecía por completo.
Yo no estaba allí entonces.

lunes, 30 de mayo de 2011

30 de mayo

Supongo que no podía evitar hacer una entrada de esas que no tienen sentido, pero que al releerlas sabes qué significan, aunque solo sea para recordar la fecha si algún día decido borrarla temporalmente de mi cerebro.

Supongo que alguna persona entenderá el significado, y que otras simplemente la ignorarán, no viendo en ella nada lírico ni interesante.

Supongo que ya tendré tiempo de escribir más sobre el tema cuando las cosas se asienten.

Lo malo de suponer es eso: no puedes saber si llegará a ser cierto.

Asustarme con palabras

Es gracioso que me asuste tan fácilmente
con solo un par de palabras tuyas.

Es gracioso, pero es cierto.

domingo, 29 de mayo de 2011

Tormenta.

El cielo lo cubría todo.
Alzó las manos, tal vez para estirarse, tal vez para tratar de tocar aquellas nubes de color gris que parecían volutas de humo gigantes y adoptaban miles de formas que solo él veia. Miró hacia arriba con esa cara triste que nadie más sabía poner, abrió lentamente los brazos y entonces comenzó a llover. Así, de repente, como si él hubiera invocado aquella lluvia suave y apagada con sus gestos y su mirada.
Terminó de bajar las manos, esta vez con más lentitud, y entonces se volvió ligeramente hacia mí, pero observando el suelo, como buscando algo que se le hubiera caido.

El sonido que hacían las gotas al golpear las hojas de los árboles era relajanta y tranquilo, pero nadie que estuviera allí, mirándolo a él, hubiera logrado sentir algo que no fuera frío y tensión.

- ¿En qué estás pensando? -me preguntó de pronto.

- En que te resfriarás si no nos ponemos a cubierto porque eres un cafre y has venido de manga corta -. Traté de sonreír sin demasiado éxito.

- ¿Sabes qué estoy pensando yo?

Dejé de intentar sonreir al captar la espresión grave y sombría con la que me miró. Me acerqué hacia él con cautela, como temiendo que saliera corriendo asustado, y logré situarme frente a él.

- En que todo esto apesta... -. Dejó caer de nuevo la cabeza -. Absolutamente todo. Y sé que suena muy adolescente, y que estarás cansado de oírlo, pero es que últimamente no puedo dejar de darle vueltas al mismo tema. Ya hay gente que me ha dicho que estoy obsesionado y que lo deje estar, pero... ¿Cómo voy a dejarlo estar? Todos dicen que esto es lo que significa crecer, y que tengo que hacerlo. ¡Todos tenemos que hacerlo! Tenemos que separarnos y seguir nuestro propio camino, e irnos lejos unos de otros, crecer, aprender por nuestra cuenta...

El primer relámpago iluminó las nubes.

- ¡¿Te crees que soy capaz de hacerlo?! Es gracioso... No puedo abandonaros, pero tampoco puedo retener a nadie. Al final, cuando todo haya cambiado, con o sin mí, me daré cuenta de lo que ha pasado, de lo mucho que he perdido, de lo que han cambiado las cosas pese a mi empeño por no verlo y de lo lejos que estamos todos de todos...

Y entonces sonó el primer trueno, y fue como si el cielo hubiera sido partido en dos. Miré hacia arriba, esperando, tal vez, encontrar una enorme fisura en aquel manto de nubes, y ver también fragmentos de cielo caer, como si fueran cristales rotos. Solo conseguí que la lluvia empapara mi rostro.

- Estoy triste... -. A medida que la tormenta aumentaba su furia, él parecía templar sus ánimos-. Echo de menos lo que aún no se ha ido.

jueves, 26 de mayo de 2011

Ayer fue día de notas!

Ayer fue día de notas (BUUUH!). Qué... Aish... Resulta que al fin iba a terminar segundo de bachillerato. ¿Iba? Sí, iba, porque resulta que alguien se va a tener que pasar por el instituto en septiembre para hacer algún examen... Y justo ahora que empezaba a hacerme una idea de lo que podría ser interesante estudiar... ¡Pero bueno! ¡Yo me lo he buscado!

Llevo toda mi vida siguiendo fielmente a mis instintos, lo cual me ha causado algún que otro problema, y es que pensar las cosas sobre la marcha no siempre es bueno. Ahora me veo frente a la ¿imposibilidad? de estudiar de esa carrera de la que no pienso hablar ahora porqueeee... no viene al caso.

Si no puedo hacer esa carreraaaa... ¿Qué haré? ¿Qué haré? Una de las opciones es hacer un grado superior de formación profesional y luego entrar en la carrera, pero... antes tendré que aprobar las que me quedaron (Me pregunto a quien puede interesarle mi vida...)

Luego... Este año es muy complicado. Resulta que hemos acabado el instituto... Habrá gente que se vaya, habrá gente que se quede... Y yo puedo irme a estudiar o quedarme aquí... Y no sé qué hacer... (Fuu) Por un lado... la ciudad me asfixia, pero por otro... >____< Es que no sé hasta que punto seré capaz de irme <.< (Asdf)

De todas formas, lo primero es aprobar, por lo que hasta septiembre ni siquiera sabré si tendré que volver a hacer 2º...

Shit...

lunes, 23 de mayo de 2011

Sueños

- "Ultimamente no recuerdo mis sueños..."
La doctora se colocó bien las gafas - gafas rectangulares de pastas gruesas y verde pistacho- y anotó un par de cosas en el papel que tenía delante antes de dignarse a mirarme. Entonces, con el mayor tono de desprecio del que pudo hacer acopio, me escupió aquellas palabras que aún ahora, un par de horas después, resuenan bordes en mi cabeza.
"¿Le parece que es ese un motivo para acudir al médico? Está malgastando mi tiempo."

- Bueno... Tal vez tenía algo de razón... Yo creo que olvidarse de lo que uno sueña es normal... La verdad es que yo me despierto la mayor parte de los días sin tener una maldita idea de lo que he soñado. No es nada grave...

- Creo que no me has entendido. Lo que yo he olvidado es lo que anhelo, lo que quiero, lo que deseo... ¿Te parece normal eso? Porque a mí me parece que olvidarte de lo que te hace sonreír es una de las enfermedades más peligrosas que existen.

sábado, 21 de mayo de 2011

Anhelo.

"¿Por qué no comprendes qué ansío?"

Pero solo lo pienso.

Y ella, como no lo escucha, sonríe.

miércoles, 18 de mayo de 2011

jueves, 5 de mayo de 2011

Rollercoaster

A veces parece que voy montada en montaña rusa: el mundo sube y baja, sube y baja, sube y baja... y su velocidad aumenta más y más a cada segundo. Casi noto el tiempo, como viento, azotádome la cara y despeinándome. Supongo que es de esas cosas que nos han pasado a todos. La pregunta es... ¿Qué he de hacer en esas ocasiones? La última vez que se lo pregunté, Marc me dijo riendo -esa incapacidad para estar serio en los momentos importantes le va a traer problemas, y se lo he avisado- que bastaría con que me abrochase fuerte el cinturón, cerrase los ojos y esperase a que acabara, que las atracciones nunca duraban demasiado pero resultaban cada vez más caras.

Tengo miedo... Esto es lo que Jeannette llamaba "hacerse mayor". Primero eres pequeño, miras a tus padres y piensas "cómo molan, aunque no me dejen comer chuches más de una vez a la semana" y ellos JAMÁS se equivocan, pero de repente te vas acercando a eso que llaman edad adulta y... ¡Yo no recordaba haberme confundido tantas veces en mi vida!

El camino de la vida parece fácil (¡y una mierda!). Es decir... Fácil porque está como... Es como muy artificial, como la comida basura o los champiñones de lata (que están buenos, pero no saben como los frescos ni de lejos... Son cosas distintas)... Eres pequeño y juegas, eres adolescente y estudias para luego ir a la universidad para más tarde trabajar para tener un trabajo con el que criar a tus hijos para que jueguen, estudien, estudien más, trabajen, tengan hijos que jueguen, estudien... Y se supone que en el medio te enamoras o haces cosas de esas que "marcarán tu vida para siempre", cuando en el fondo... Las hacen todos, aunque cada uno las sienta de forma diferente, ¿no?

¿Acaso no existe una forma de pasar el tiempo que sea súper especial e inaudita? Algo solo tuyo... Al final no existe en toda la faz de la Tierra algo que sea SOLO tuyo... Y si existe, no puede saberse. Somos muchas personas.

Jeannette siempre sabe qué decir en estos casos, aunque suena a muermo... "Cada persona es única blablablablabla". Únicos puede, pero... Siempre hay alguien "muy parecido" a ti. Alguien que te hace pensar "Oye, me recuerdas a..." o algo por el estilo...

Pero yo estaba hablando de la velocidad a la que va mi vida, qué cabeza la mía... Aunque ya lo he dicho, ¿no? Va rápido. No rápido de verlo todo difuminado y no poder esquivarlo... Rápido de... ¿Imaginais que la Tierra girase más despacio? Entonces los años serían más largos y tendríamos más tiempo para...
Realmente pensaríamos cosas como "¿Te imaginas que la Tierra girase más despacio? Entonces los años..." y todo sería infinito... Nunca estamos contentos con lo que tenemos o somos.

Yo no lo estoy.

Bueno, a veces sí, pero es para que Tim no se enfade (es muy sensible en lo referido a mi autoestima).

Todos mis amigos tienen planes para el futuro, por cutres que puedan ser. Desde comprarse una casa enorme en la montaña (cuanta ambición) hasta... No sé... Huir de este lugar.
Los hay con suerte.

Y por eso el tiempo pasa deprisa. Yo aún no he tenido un momento para decidirme, y supongo que si es mi futuro he de darle prioridad, pero... Es que cuanta más brasa me meten menos pienso... Me bloqueo... Hago como una tortuguita y me escondo en mi caparazón.

Últimamente mi vida es como una montaña rusa. Esto así contado puede parecer un cuento, o una fantasía adolescente, pero es cierto. Si alguien no me cree que pregunte por ahí.

¿Quién me empujó para que me subiera en este puto vagón?

domingo, 1 de mayo de 2011

Felicidades, ma! (XD Ma)

¿Qué mejor que empezar este mayo como es debido? No soy una persona muy dada a esta clase de cosas, pero hoy es el primer domingo de mayo. Es el Día de la Madre, por si alguien anda algo despistado : 3

Probablemente ella jamás lea esto, porque es un blog "privado" en el sentido de vida familiar (y porque me moriría si lo hiciera)... Lo normal para alguien adolescente, vamos. Qué sí, mamá, no lo leerás porque me gusta aislarme y contarle mis problemas a mis amigos, pero no a ti... Tengo 17 años. Es... Normal...

De todas formas, aunque ella no pueda leer esto, yo le deso felicidades de todas formas. Que no se diga que los adolescentes de ahora somos unos desagradecidos. : 3 Supongo que no pude tener una madre mejor, pero eso no se lo digais a ella u.u

Por ello... Aunque haya gastado mucho dinero en la última factura de teléfono y me obligues a devolvértelo a plazos, aunque me hagas tender la ropa los días que me duele la espalda y aunque me digas que te duele la cabeza cuando te hablo mucho (por mi tono histérico y mi capacidad para meter 10 frases en un nanosegundo) espero que esa caja de bombones tan cutres que te compré ayer por casualidad mientras iba a comprar nata te haga ver que, en el fondo, aunque los adolescentes (y yo especialmente) seamos algo irascibles e insoportables (solo a veces), sigues siendo mi madre : 3

Echo de menos las noches en las que me acariciabas la frente para que me durmiera u.u

viernes, 29 de abril de 2011

Cansancio gris

Cada día, al levantarme, siento el cansancio despertar conmigo. Es como si cada noche, cuando pierdo la noción del mundo, él se escondiera también para amanecer fresco y cansar más que nunca.
El cansancio ataca sobre todo a los ojos y al corazón: a los primeros haciendo que los sienta secos y doloridos, al segundo con taquicardias y nerviosismo.
Cada vez me siento más cansado. Los cansancios de los días anteriores se suman, creando uno mayor cada vez, uno más y más grande.

Tal vez debería dormir más, aunque, aún durmiendo mil horas seguidas, cada vez es mayor la fatiga que me hace querer acurrucarme en un rincón.

Lo único que importa

Tal vez mañana no me sienta bien...
Hoy por hoy, de repente, tras hablar contigo, sonrío con más fuerza...

¿Qué puedo hacer yo si te quiero?

Pero también tú me quieres, aunque sea algo distinto, y de pronto eso parece lo único que importa.

miércoles, 27 de abril de 2011

jueves, 21 de abril de 2011

Huésped...

Es doloroso porque es real.
Rompe, rasga, sobrecoge.
Lo pone todo patas arriba, derrumba lo que construyo.
Se clava y se aloja en mí, como un parásito.
No logro deshacerme de él.
No logro deshacerme de nada.

- Acaba con todo, por favor. Déjalo morir.

¿Alguna vez te has sentido perdido y desprotegido como un niño?
No es soledad real, solo yo la siento.
La soledad me da frío.
Me encojo.
Tiemblo.

- Mátalo de una vez por todas. Destrúyelo.

Mi cuerpo emana la oscura niebla que me rodea.
No me abandonan, me escondo.
Huyo.
De todo.

- Mátalo.


Ya no es dolor, sino vacío.
Me miras de lado, como acostumbras, y sonríes.
Se te ve bien.
- Hola-saludas, alzando la derecha y sonriendo, como siempre.
Respondo con un asentimiento y una sonrisa aséptica.
No hay palabras.
- ¿Qué haces aquí? -inquieres con curiosidad.
Esta vez si hablo.
- Vengo a matarte- digo con voz clara, para que me entiendas.
Tus cejas se arquean y tus ojos reflejan miedo tan solo un instante.
Luego sonríes, porque crees que bromeo.
Y aunque realmente no bromeo, en parte es normal que no te lo tomes en serio.
Realmente vengo a matarte.
Pero no soy capaz de hacerlo.

viernes, 15 de abril de 2011

Yo también tengo un texto llamado "Claro de luna" : 3




Claro de Luna


Sonaba Claro de Luna.

A través del gran ventanal entraban pálidos rayos de luz que iluminaban parte del piano, negro y brillante. Las notas eran arrancadas del instrumento con maestría, pero, lentas, parecían ser tocadas por manos fantasmales nacidas de las sombras. La habitación acompañaba al triste llanto del piano con una casi completa austeridad y, fuera de la casa, incluso el viento parecía guardar silencio para escuchar cada uno de los acordes.

En las paredes, un cuadro iluminado por la luna. El marco, que bien podría haber tenido un brillante acabado en otra época, lucía ahora apagado, como el semblante del silencioso espectador que observaba desde el lienzo. La pintura representaba a un hombre de tez brillante y mirada triste, como si aquella fuera su prisión de óleo y ya se hubiera resignado a permanecer en ella eternamente.

Junto al cuadro, una estantería de madera oscura y mate. Siete estantes amplios en los que no quedaba espacio para nada más. Libros de colores, que parecían grises en la noche, ocupaban el espacio destinado para ellos a la perfección, como si el mueble hubiera sido hecho a medida para ese número exacto de páginas.

Ágiles, los blancos dedos del pianista se desplazaron hacia la derecha y el instrumento entonó notas más agudas para luego bajar de nuevo. Finalmente, sonaron los dos últimos acordes que, durante un instante, parecieron el comienzo de una marcha fúnebre y no el final de la sonata.

Pasaron varios minutos hasta que las pálidas manos se levantaron de las teclas color marfil, y lo hicieron con tal lentitud que no parecían ser las mismas que las que, veloces, habían hecho sonar el piano.

Lentamente, el intérprete se acercó al ventanal y la luz de la luna bañó su rostro pálido dándole un aire macabro en medio del silencio que reinaba en la habitación. Con calma, el hombre alzó sus ojos hacia el cielo.

La luna brillaba más de lo normal aquella noche como si, de alguna forma, quisiera agradecer la sonata que le habían dedicado.



Esto realmente vendría siendo el prólogo de una historia que todavía no escribí. Tengo algunos fragmentos más de la misma. Por si alguien le interesa, los protagonistas son una niña fantasma y un pianista que no envejece (es muy raro todo...)

Una vez más, muestro mi amor hacia el piano : 3

Ahora me voy a hacer el trabajo de lengua castellana. Buenas tardes u.u

jueves, 14 de abril de 2011

Desde el aula de informática de mi insituto...

Ya estamos en abril y hace un calor impresionante para estar en primavera. Aunque supongo que es la típica sensación que tenemos cada año: "El año pasado no hacía tanto calor/frío durante estos días". A saber...
Ahora mismo estoy en "clase" de tecnología. Ya puede imaginar todo el mundo qué tipo de clases da mi profesor, porque no estoy siendo poco responsable mientras él da clase, no. Realmente no estamos haciendo nada... ¡Y queda menos de un mes para que acaba el curso! Creo que voy a morir pronto...
No creo que nadie tenga interés en lo bien (mal, realmente) que me van los estudios, así que... ¡Hablemos de otra cosa!

Con respecto al coro(esta entrada)...Al final mi hermano y yo entramos (ya llevamos dos semanas) : 3 Es... ¿Para qué negarlo? Es genial. Habrá a quién no le guste, como todo, pero, personalmente, a mí sí. Por si a alguien le interesa, voy a publicitar, se llama "Summus Lac". No hicimos un mal cásting, la verdad (al final cantamos Come what may).

¿Qué más? ¿Qué más? Tengo que hacer un comentario crítico de algo para mañana. Como si fuera periodista, pero en versión trabajo de clase. Digo "de algo" porque aún no he pensado qué "elemento de actualidad" puedo "criticar". Creo que tenengo un problema... ¡Pero lo entregaré pase lo que pase! ¡De eso que no quepa duda!

El profesor de tecnología habla de fútbol mientras yo escribo esto... Tengo que aprobar la asignatura, pero no creo que un Barça vs Real Madrid me ayude... La verdad es que no soy mucho de fútbol.

Y ahora se acerca a pedir opiniones sobre sendos equipos... Como va a sonar el timbre me iré retirando...

¡Fin del informe! Un saludo a todos.

martes, 12 de abril de 2011

Siempre iguales


"¿Sabes lo peor, Nadia? Incluso cuándo decimos que, pase lo que pase, vamos a cambiar, estamos siendo iguales que siempre."

martes, 5 de abril de 2011

Lanzando piedras al río.

(...)

Opté por ir a pie, en vez de coger a Cerradura -al pobre animal le había quedado el nombre como oficial-, por ver si me daba un calambre o algo y moría en el bosque, incapaz de regresar solo a casa. Por suerte, o desgracia, vistos mis deseos, nada de eso sucedió en ningún momento. En una hora llegué al río al que me había caído un mes atrás y me puse a lanzarle piedrecillas sentado a la sombra de un árbol. No quiero que me malinterpreten; no estaba enfadado con el río, sino con la vida. El río era un mero receptor de mi impotencia en forma de tiros tipo béisbol mal lanzados.

Y allí me quedé, como un autómata. Coge piedra. Tira piedra. Coge piedra. Tira piedra. Coge piedra. Tira piedra.

– ¡Ay!

¿Ay? Eso era un elemento discordante en el proceso “coge piedra-tira piedra”. Alcé la vista, puesta ya en el siguiente proyectil, y me encontré con lo que venía siendo la rubia a la que había conocido un mes atrás.

– Lo siento… . Me disculpé con la mismas ganas con las que un alumno recita la lección ante la clase, siempre que no se trate de un alumno modelo al que le encante hacerlo.

Ella me miró estrechando los ojos; no sé si con resentimiento, con miopía o porque sí.

– Hola me dijo con un tono que me hizo decantarme por la primera opción.

Coge piedra. Tira piedra.

(...)

 – Hay más piedras al lado del río, en la orilla…

La miré de reojo y luego miré hacia la orilla. Era cierto, no mentía. Callé unos segundos, pensando.

– … Si entre el agua y yo hay tanta atracción como la que parece, acabaré muriendo bajo su superficie… mascullé, aunque me hubiera gustado poder decirle algo agradable, pues ella era la responsable de que estuviera vivo, al fin y al cabo.

Silencio.

– … Volvería a sacarte si te hundieses… . Pareció dejar la frase a medio terminar.

Con cautela, tras una pausa, me aproximé a la orilla y me senté, tomando una piedra plana. La observé y me planteé el saltar yo mismo al agua, pero luego la lancé y observé, vacío, como rebotaba tres veces y se hundía. Como hubiera hecho yo nada más tocar la superficie...

(...)


Este es un fragmento de la historia que una amiga (Ash) y yo inventamos hace miles de millones de aaaañooos, cuándo aún existían los dinosaurios. He "recortado" un fragmento para que parezca que los personajes se llevan bien (viva la libre manipulación).

En fin... Quién sabe si algún día me da por seguir pasándolo al ordenador (lo tengo en hojas y buf...)

: 3 Un saludo!

domingo, 3 de abril de 2011

Hombres que comen manzanas de caramelo.

El hombre me miró. Vestía un esmoquin negro y  sin plieges, una camisa blanca y una corbata con rayas rojas y amarillas. Lucía un fino bigote con las puntas rizadas hacia arriba, como aquellos de los franceses, y llevaba una de esas chisteras que ahora solo usan los magos.
Apoyaba la mano derecha en un bastón de madera oscura terminado en una empuñadura dorada y desgastada que bien podía haber sido la cabeza de un águila. La otra mano portaba una de esas manzanas caramelizadas que venden en los puestos de algodón de azúcar que ya estaba mordida por un par de sitios. Se parecía a la mía, solo que el color del caramelo de la suya era marrón claro, casi canela, mientras que el de la mía era de un rojo intenso.
- Creo que somos los únicos que han escogido ese dulce -me dijo sonriendo.
Miré a mi alrededor. El caótico mundo de la feria a medianoche me resultaba impactante. El cielo, oscuro y lleno de puntitos, contrastaba con las luces de colores que salían de cada una de las atracciones. Además, un sonido indefinido, fruto de todas las voces, risas y canciones, flotaba en el ambiente.
No parecía que ya fueran las doce.
- ¿Qué es para usted una manzana caramelizada, sir? -. El hombre me miró con más intensidad. Pensé que solo le faltaba un monóculo para parecer un inglés de los de antaño a las cinco en punto.
Solo que no eran las cinco.
Ni él parecía inglés.
- ¿A qué se refiere?
- Verá... Yo creo que las manzanas de caramelo son como el mundo -. Su sonrisa era empalagosa, como la de alguien que se cree demasiado buena persona-. Por sí solas están bien, pero entonces nosotros, los hombres, somos capaces de convertirlas en algo que nos hará daño. Y, aún asi, nos gustan mucho más de esa forma.


Este es el relato que escribí de "Hombres que comen manzanas de caramelo". Al final me quedó más bien como algo moral que como algo absurdo, pero en fin... XD Como en la encuesta hubo un empate, todavía me queda hacer el del Caracol, pero a eso me pongo otro día.

En fin... Saludos : 3

viernes, 1 de abril de 2011

Uno de abril y yo cantando...

La la la la la la la (suponiendo que esto es una escala y tal...)

Mañana mi hermano pequeño y yo nos presentamos a una prueba de canto para entrar a un coro (Adooooro cantar) y tengo cada vez más claro que no me van a coger, aunque un par de amigas que están dentro de ese coro me dicen que qué va, que fijo que me cogen. La cuestión no es creérselo, sino ser una persona pesimista y tímida. Eso añadiendo que aún no sé exactamente qué canción cantaré y tal. Mi hermano quiere Come what may, de Moulin Rouge, pero como no logre ascender una nota más no llego al último agudo... Y me planteé que cantemos I see the light, de Enredados, pero... nuevamente, hay una nota que la mitad de las veces me queda forzada no, lo siguiente. Lo peor es que ando con un poco de afonía y claro...

Ya pensaré, ya pensaré. Sera por canciones que se sabe la gente u.u Siempre podemos cantar Vivo por ella muajajaja (En mi piano a veces triste la muerte no existe si ella está aquíiii~~)

Uf... Por otra parte, ayer fue el cumpleaños de Matthiew Brown (Marth), uno de mis personajes (el más antiguo, de hecho), que cumplió 19 añitos : 3 (Existe hace 8 o así...). Quería felicitarlo con una entrada, pero hoy tenía examen, me puse a jugar al Mario Kart... Cosas que pasan...

Yyyy... Ahora la voz de mi madre suena alta, invocándonos a todos al comedor (Sí, son casi las 4 de la tarde y aún no comí). Como me rugen las tripas (casi deberíamos presentarnos al coro ellas y yo por separado) voy a terminar aquí mi reporte u.u (Ya haré una felicitación tardía para Marthy...)

¡Que paseis un feliz mes de abril! : 3

martes, 29 de marzo de 2011

Harmonía.

El piano suena y el corazón late. Al unísono, como si ambos fueran los dos instrumentos que colorean el momento con esos tonos que solo la música sabe añadir a las cosas.

Cuándo los dedos rozan las teclas situadas más a la derecha, porque no las golpea, solo las roza, el instrumento susurra más notas, como agradecido por la dócil caricia recibida, y entonces los latidos se vuelven más cerrados, y hasta llegan a hacer cosquillas en el pecho cada vez que mueven la sangre. Es una sensación agradable que haría sonreír a cualquiera que la sintiera.

Las notas y los latidos crean la harmonía perfecta, formando suaves acordes que no pueden escucharse. Los graves del piano son los latidos más hondos, y los agudos son aquellos que parecen poco más que un aleteo. No es una obra maestra para aquel que la escuche sin más, pero seguramente su rostro se le aparece con cada nota, y no por alguna clase de pasión que pueda sentir. Es solo por la tranquilidad liviana que parece embargarlo mientras hace que sus dedos pasen por las teclas color nácar como si surcasen una espalda, dibujando en ella formas solubles de nubes y espirales que nunca acaban, arrancando escalofríos a quién las siente.

No hay lágrimas de emoción ni sonrisas mientras la música suena. El rostro es sereno, se ve hasta serio, como si lo único vivo de quien toca fueran las manos, o como si las manos pertenecieran a alguien direfente, o a sí mismas.

Me gusta oírlo tocar, porque nunca sé si habla de alegría o tristeza mientras lo hace. Logra hacer que mi corazón se contraiga y no sepa cómo latir. Mientras lo escucho, a veces me pregunto en qué está pensando para poder seguir ese pentagrama imaginario que no existe fuera de su cabeza.

La canción parece triste y feliz al mismo tiempo.

Parece un ruego, o una petición para bailar bajo la luna.

¿Pensará en ella mientras toca?

lunes, 28 de marzo de 2011

Humo.

- Deberías dejar de fumar.

Anna lo mira con grandes ojos, seria, como si realmente no le importara lo que dice, aunque el tono de su voz indica que aquello es algo más que una mera recomendación. Él, en respuesta a las palabras de su hermana, aspira el humo de su cigarro como si llevara minutos sin respirar y necesitara hacerlo con urgencia. Luego contiene la gris neblina en sus pulmones mientras mira al frente, tal vez pensando, y espera un tiempo antes de dejarla salir lentamente, en forma de fino hilo, a través de la pequeña separación que tiene entre los dos incisivos, esa que Nadia siempre comparaba con una puertecilla mientras sonreía.

- Debería -dice entonces, con la voz ronca y áspera que siempre tiene cuándo fuma-, pero no voy a hacerlo. Quiero morir, de todas formas. Alguna vez os despertareis y yo estaré muerto sobre las sábanas.

Anna desvía los ojos del cansado rostro de su hermano sin convicción. Hace mucho que no lo cree mientras dice esas cosas, ¡pero lo dice tan serio!

- Deja de decir gilipolleces, Rick. No tiene gracia que te pases el día hablando de morir con esa tranquilidad.

- ¿Por qué tendría que hacer gracia? -. Richard la mira aspirando de nuevo desde lo más hondo de sus pulmones, llenándolos por completo con el humo y sintiéndose un poco mejor. Luego lo expulsa mientras habla, volviendo aún más grises las palabras que pronuncia con monotonía-. De verdad quiero morir. Solo estoy buscando el valor necesario para hacerlo. Por muchas ganas que tenga, suicidarse es algo que hay que pensarse muy bien.

Anna frunce los labios y aprieta un poco los dientes para no gritarle de nuevo. Salem ya le dijo que Richard no está bien, y que gritarle no sirve de nada, ¡o aún peor! Tal vez por gritarle consiga cortar ese fino hilo psicológico que lo ata a la vida.
Richard aspira de nuevo y tira la colilla al suelo. La pisa y mira al cielo, dejando salir de nuevo el humo por "la puertecilla" de Nadia, pensando que a ella le gustaba que fumase y tal vez le haría gracia verlo.

- Hace sol -murmura. Luego se gira hacia su hermana-. ¿No crees que debería estar lloviendo? Siempre llueve en estos casos.

Le da la espalda y comienza a caminar con sus pasos desgarbados de adolescente, aunque esa época ya le ha quedado algo atrás.

- Voy a comprar más tabaco -anuncia.

Anna observa su espalda mientras asiente levemente, aunque él no puede verla. Como siempre. Sin importar lo cerca que ella se encuentre de él, sus dispersos ojos de humo jamás encontrarán un segundo para mirarla.

viernes, 25 de marzo de 2011

Todo ha cambiado

Es extraño, porque todo parece seguir igual mientras hablamos tranquilamente, pero, sin embargo, ambos tenemos la certeza de que todo ha cambiado.

A cada segundo que pasa, a cada sonrisa, me preguntó en qué fallamos, qué errores hubo, pues ahora no parece que alguno haya sido cometido.

Tal vez el tiempo mitiga, como dicen muchos, o tal vez ya tengo muy asumido qué es "pasado" y qué es "presente" ahora mismo, y por eso no me cuesta verte como a un "yo" distinto de aquel que recuerdo.

Me parece raro que seas el de siempre, con ese humor sarcástico, y ser yo la de siempre, jugando a la "nonsense", y que lo único que haya variado aquí es el lugar por el que andamos cada uno.

Me resulta extraño que me sonrías al verme, pero que me apartes la vista con vergüenza, cuándo hubo un tiempo en el que tus ojos me buscaban.

Eres el mismo sin serlo, y sucede lo mismo conmigo. Somos como copias de nosotros mismos, en las que lo único que se ha cambiado es el corazón.

A veces te olvido; otras te añoro.

Y no sé qué conclusión he de sacar...

martes, 22 de marzo de 2011

Existe.

Lento. Camina. Un paso y luego otro. Como si todo se cayera detrás de ti.

Avanza. Aprieta los puños por el miedo, pero avanza. No te detengas, porque será más difícil retomar la marcha. Solo anda.

Silencio.

Calla.

Corre. Corre. Corre. Corre.

El mundo se acaba y tú solo corres.

Corre.

El final se acerca. La meta te espera. Las palabras ahogan.

- No quiero seguir con esto.

El silencio concluye. El valor se escapa, pero no queda casi nada para que todo acabe. La lengua vacila, preguntándo qué preguntar.

- O no es que no quiera, sino que no puedo seguir.

Aprietas la mandíbula para no hablar. Aprietas los ojos para no ver. Aprietas los puños.

Para pegar.

Todo gira. Todo acaba. Nada existe.

Nada existe.

Corre.

Nada existe.

Todo acaba.

- Porque te quiero. Y no lo aguanto más. Es como explotar continuamente. Es como si algo girase y se me tragase. Y necesito que tú estés ahí para poder respirar con tranquilidad. Y necesito escucharte para poder relajarme.
>> Te necesito.
>> Para existir.
>> Para soportar.
>> Para correr.
>> Te necesito.

El cielo no existe.

La tierra no existe.

Nada más existe.

Nada .

Nada.

Nada existe.

- Quiero que existas para mí.

domingo, 20 de marzo de 2011

Ni en un sueño...

Hoy mi sueño casi tuvo sentido. No había cosas extrañas de magdalenas voladoras espaciales ni de mantas que te hacen invisible, y estaban todos mis amigos. Tal vez no es cierto que seamos los actores de una serie mala de la televisión, pero eso es secundario.

Hoy mi sueño casi tuvo sentido. Debía besarte en él, pero me asustaba acercarme. Entonces tomé fuerzas y lo hice, porque en el fondo estaba soñando.

Hoy mi sueño casi tuvo sentido, pero tú te apartaste de mí para rehuir mi contacto, sutil y nerviosamente sonriente. Entonces, mientras te alejabas caminando sin mirarme, creí que tú eras de verdad.

Pero era un sueño.

viernes, 18 de marzo de 2011

Llorando.

Primero las lágrimas acuden a sus ojos, perfilando los bordes de los párpados como si fueran el agua de un embalse a punto de desbordarse. Las bases de las pestañas se pegan las unas a las otras con el agua, y los ojos adquieren ese brillo especial que te hacen notar que está triste. Evita hablar, pues eso haría temblar su voz, y el escuchar ese sonido trémulo y entrecortado no haría sino ayudar al surgir del llanto.

Mantiene una expresión seria e inmóvil para evitar que las gotitas de agua salada caigan, aunque al final una silenciosa logra salir y recorrer su mejilla y caer al suelo, dejando un camino húmedo en su piel que pronto se secará y quedará tirante. Evita hacer gestos para no delatarse, pero yo la he visto. Entonces nuestros ojos se cruzan y no hay marcha atrás.

Sus glándulas lacrimales producen más líquido y pronto este se ve forzado a caer por su rostro, siguiendo a la primera gota solitaria. Sus labios se curvan hacia arriba, su semblante se torna una mueca y, aunque lo intente evitar, tiene que bajar su vista al suelo para esconder lo que ya no tiene solución.

Su cuerpo tiembla y los sollozos son entrecortados y silenciosos, pero pronto dan paso a una especie de quejidos agudos y largos que surgen cuándo trata de impedir el paso del aire contrayendo la garganta. Escucharse a sí misma la hace llorar más y con más fuerza. Su piel se tiñe de rojo y las venitas de sus ojos se encienden.

Toda su actitud corporal demanda un abrazo. Se intenta secar la cara con las manos, pero las lágrimas han decidido no parar. Se ve obligada a sorber todo el rato, mientras sus sollozos se vuelven cada vez más hondos y graves.

Y entonces lo hace.

El grito suena desesperado, gutural, desgarrador; de esos que te atraviesan de alante atrás y que hacen que el corazón se te encoja, que hasta parecen sólidos. Parece dado con una garganta herida y traspasa las paredes y el techo hasta que los pulmones se le vacían. Entonces toma aire con agitación, y los sollozos y gemidos se convierten en jadeos cansados y lágrimas silenciosas.

Cansada de gritar, cansada de llorar, cansada de vivir, me mira.

Me gustaría decirle algo, porque parece estar sufriendo, pero no sé hablar. Solo puedo mirarla inmóvil desde mi jaula mientras me pregunto cómo he de hacer para no acabar como ella.

jueves, 17 de marzo de 2011

Sucio.

- El sexo es sucio.

Me miras con tu sonrisa de tiburón y yo solo puedo enarcar ambas cejas para que mi semblante muestre la mayor confusión que puede albergar.

- ¿Qué?

- El sexo es sucio -repites.

Ahora no puedo negar que he entendido bien. Voy a tener que preguntar, pero no por cortesía, sino por curiosidad.

- ¿Sucio? Siempre había creído que podía ser de muchas formas. Tierno o...

Tú ríes, interrumpiéndome. Ríes y echas la cabeza hacia atrás al hacerlo, por lo que tu nuez asoma prominente bajo la piel de tu cuello.

- Sea como sea, es sucio. Todas las sustancias que te imaginas se ponen en contacto: saliva, sudor, lágrimas... -. Mueves las cejas arriba y abajo, insinuante, para que yo imagine el resto-. El sexo es salvaje y sucio. Es... ¿Cómo decirlo? Brutal. Sí. Eso. Salvaje, sucio, brutal, bestial... Se grita, se muerde, se araña y se dicen cosas que nunca te creerías capaz de pronunciar.
>> El sexo es sucio... Por eso es tan genial.

lunes, 14 de marzo de 2011

Sube. Sube. Sube.

Sube. Sube. Sube.
Trepa. Trepa. Trepa.
Arriba. Arriba. Arriba.

Entonces tropiezo. ¡Crash!

domingo, 27 de febrero de 2011

Japooos~~

Ayer conocí a unos japoneses la mar de majos y me pasé el día entero hablando en japonés y babeando tanto por ellos como por la agradable compañía que tenía a mi derecha (a la que llamaremos Beta)... La cuestión es que conocí a una japonesa muy simpática llamada Yuno que nos dijo que quería volver a vernos, y que no quería marcharse, y que ojalá pudiéramos volver a quedaaar... Lo malo es que se aloja fuera de mi ciudad y yo, como estudiante que soy, no puedo dedicarme a faltar a clase por ir a ver a esta chica. Y todo sería genial de no ser porque el día 7 (lunes) coge un avión y deja España... C'est la vie...

El día fue genial, aunque se podría resumir en que me pasé todo el rato diciendo "Urameeeshiiiiii" como los fantasmas japoneses y correteando de un lado a otro como si tuviera cinco años mientras gritaba "Genki desu! Genki desu!". Me llena de orgullo admitir que una chica, Miharu-san, me dijo que era divertida. Y eso con mi nivel de japonés, que tampoco es para hacer un doctorado. JU!

Uno de los chicos, Junpei-san, y yo, nos dedicamos a hacer el estúpido juntos. Fue muy gracioso. Luego otro, Shouhei-san, estuvo hablando de mangas conmigo. Al parecer coincidimos en gustos. También me comentaron que me parecía un poco a su novia. Y éeeel me invitó a tomar algo en un bar (hasta me dijo que era mona), peeero... Tuve que declinar gentilmente su oferta y me fui de "compras" con Yuno y Beta.

Al final, cuándo iban a coger el tren, hubo un intercambio interesante de Facebooks y mails... Así que puedo sentir que algo saqué, ¿no? Personalmente, con perdón, me lo pasé de PM. Mereció la pena madrugar un sábado... Y subiría fotos, pero no tengo derecho sobre las imágenes de estas personas... XDU

Aquí termino mi informe...

Aún tengo que hacer otro (este sí con fotos) sobre mi boguuuuu >o<... Pero no ahora... Alguien tiene que estudiar filosofía...

Feliz 27 de febrero : 3

domingo, 13 de febrero de 2011

Preguntas, preguntas y más preguntas.

No sé preguntar. Esas palabras atrapadas entre dos signos de interrogación, como si de la perla de una ostra se trataran, me resultan... ... No sé. Complicadas. Complejas. Difíciles. Ya, para empezar, implican, muchas veces, valor y curiosidad. Nunca oirán a un tímido alzar la voz por preguntar a no ser que la cuestión sea de tal importancia que olvide que eso de hablar en público no es lo suyo. Al que no es curioso, por otra parte, nunca le entrará duda que deba ser respondida.

No sé preguntar. Me resulta angustioso. Mi lengua cerebral, la que pronuncia las ideas en mi mente, tiembla antes de que sea mi boca la que siquiera se plantee el imitar a la primera. Y no es que no sea curiosa, pues es más bien al contrario, ni que me asuste la respuesta en sí, lo cuál sucede a veces, aunque sean las menos. Es que me asusta la reacción del otro. Digamos que temo que no le agrade la intromisión. No sé si tengo o no tengo el derecho a meterme en su cabeza en ese preciso instante; de llamar al timbre de su cráneo con una interrogación.

"Din don"
"¿Qué desea? Si quiere venderme algo, que sepa que no..."
"¿Podría hacerle una pregunta?"
"De hecho, acaba de hacerla"

Doy por hecho que los demás no quieren que les pregunten, lo cuál no tiene sentido en un principio. Pero no todas las cosas han de tener un sentido claro, conciso y tan obvio que todos asintamos al mismo tiempo mientras coreamos a una "es que está claro". A veces las cosas se revuelven un poco más y luego no hay quién las entienda.

Me gusta saber, pero no preguntar. Esto es como el que gusta de comer sin cocinar, o algo así. Solo que no me asusta cocinar, pero lo de hacer preguntas ya es otra cosa. En primer lugar, hay que saber a quién preguntas y saber si te da permiso para hacerlo. Luego también hay que saber formular la duda, dependiendo del primer factor, para tratar de no sonar impetuoso, bobo o, simplemente, poco hábil con el lenguaje. Incluso a veces hay quién pregunta y parece grosero o arrogante.

Todos los niños tienden a preguntar el porqué de todo cuándo llegan a cierta edad. Es una especie de fase en las que ellos comienzan a entender el mundo y los que los rodean empiezan a golpearse la cabeza contra las paredes.

"¿Y por qué?"
"¡Porque sí!"

Y aún es sencilla de hacer esa pregunta, pues lo único que dice de uno es que desconoce algo. Es respondida con datos, por lo general, y mientras no se convierta en una cadencia insufrible y desesperante, el resto del mundo no ha de sentirse demasiado afectado.

No es esa pregunta la que me aterra. Tampoco las siguientes, que también son formuladas solo para conocer unos datos determinados que son, de hecho, una innegable verdad: "¿Qué día es hoy?", "¿Cómo se resuelve esta cuenta?", "¿Cuál es la montaña más alta?"... Son otras preguntas las que me hacen temblar de los pies al último cabello castaño de mi cabeza.

Las preguntas a las que temo van siempre arropadas con puntos suspensivos y dudas. Las paladeo y las mastico, las rumio, antes de lanzarlas. Y aún luego aclaro, por el temor que me inspiran, aquello que me parece malinterpretable cuándo es totalmente translúcido.

"¿ Cómo estás?" "Y tú... ¿Me quieres?" "¿Estás bien?" "¿Necesitas algo?" "¿Puedo besarte?" "¿Podemos hablar?" "¿Eso te lo hizo él?" "¿Estás enfadado...?"

Me asustan esas preguntas, como a muchos otros. Como he afirmado, ni siquiera sé hacerlas. Y no es que me agraden las dudas, que muchas veces queman como ácido, ahogan y raspan la moral, terminando con toda entereza posible... sino que temo a las respuestas que no responden a la pregunta y a las expresiones que las acompañan.

Temo al menosprecio (o al nadaprecio). A que la respuesta a tu pregunta sea que tú no deberías estar preguntando eso. A descubrir que has metido la pata hasta el fondo solo porque pensabas que, a lo mejor, sucedía algo. Y no es que no suceda.

Y así, soy incapaz de preguntar. Y es que tengo la autoestima baja, sí, y prefiero callar antes que descubrir que no soy "apta" para preguntar en ese instante o sobre eso (o ambas cosas juntas). Tampoco es algo que haga por perjudicar, pues es algo prácticamente intrínseco en mí. No me recuerdo preguntando. Si me recuerdo, no obstante, preguntando menos que ahora, así que tal vez me esté moviendo en una dirección apropiada.

Se puede herir a otros de muchas formas. Algunos hieren preguntando y otros hieren por no hacerlo.
Muy a mi pesar, he de admitir que tampoco logro preguntar, tras callar, si he herido.

viernes, 11 de febrero de 2011

Junto al faro

- Me ahogo -dice Anil llevándose una mano al cuello.

Mis ojos pasan del chicle de menta que intento abrir a ella con nerviosismo.

- ¿Quieres tu medicina? -pregunto alarmado, llevando esta vez mi mirada a su bolso, preguntándome en cuál de los miles de bolsillos guardará el extraño tubo del que aspira cada vez que el asma la visita -. ¿Dónde la tienes?

Ella dibuja una sonrisa de esas torcidas que solo a ella le quedan bien y niega, haciéndo que su flequillo tieso se bambolee como harían los pinchitos esos que cuelgan de las ramas de los pinos y simulan ser hojas si soplara una suave brisa.

- No me refiero a eso. Hablo de todo menos de eso.

Elevo las cejas hasta que noto arrugarse toda mi frente.

- Llevo demasiado tiempo sin hablar -murmura-. Creo que acabo de explotar. Si me ahogo, debe de ser porque las palabras me llegan hasta la garganta, y, si ya me han inundado las piernas y el tronco, creo que es digno de ser llevado ante un médico. Me ahogo en palabras. Tendrás que reanimarme cuándo me desmaye por falta de aire, y entonces escupiré erres, eses, tes y tal vez alguna ene. Las vocales todas, por supuesto. Luego, una vez haya recobrado la compostura, usaremos todas esas letras para construír las palabras que me presionan aquí -. Señala de nuevo su garganta- y al fin podré despotricar contra el todo.

- Te... ¿Te encuentras bien? -. Mi voz, titubeante, no se cree, al igual que yo, que la callada de Anil esté diciendo todo esto. Es por ello que solo logro preocuparme por su salud y preguntarme si tendrá fiebre. No obstante, sus ojos brillan tan seguros que enseguida me avergüenzo de mi pregunta.

- ¡Claro que no estoy bien, Radd! ¡Por supuesto que no! Pero estaré bien enseguida si me escuchas un rato. ¿Lo harás?

Como apenas comprendo qué pasa, simplemente asiento y la invito a sentarse en el banco de madera del parque, que parece estar algo más seco que hace media hora.

Y, una vez sentados, ella comienza a hablar como nunca antes ha hecho. No delante de mí, al menos. Y me lo cuenta todo. Todo lo que ronda por su cabeza, comenzando por lo que pasó aquel día en la playa, junto al faro.

jueves, 10 de febrero de 2011

lunes, 24 de enero de 2011

Nagori Yuki · Nieve Tardía



Esperando el tren a tu lado
me preocupo por el correr del reloj.
Nieva fuera de temporada.

"Será la última vez que vea la nieve de Tokyo, ¿verdad?"
murmuras cabizbaja.
Me doy cuenta de que no hemos aprovechado el tiempo
cuándo comienza a nevar fuera de su época.

Ahora que la primavera ha llegado
me doy cuénta de lo guapa que te has vuelto.
Mucho más guapa que nunca.

Cuándo el tren comenzó a moverse
pegaste tu rostro al cristal.
Noté que intentabas decir algo.

Tuve miedo y miré hacia el suelo,
temiendo ver aparecer un adiós en tus labios.
No me había parado a pensar en que, con el tiempo,
dejarías de ser esa niña.

Y ahora que la primavera ha llegado
me doy cuénta de lo guapa que te has vuelto.
Mucho más guapa que nunca.

Tú te fuiste y yo me quedé en el andén
observando la nieve derretirse.

Ahora que la primavera ha llegado
me doy cuénta de lo guapa que te has vuelto.
Mucho más guapa que nunca.
Mucho más guapa que nunca.
Mucho más guapa que nunca.

martes, 18 de enero de 2011

Janice Man : 3

Hoy he visto una peli china llamada Basic Love (alguien se creía que era japoneeeesaaa~~). La peli en sí... Podía haber sido más emotiva, más romántica, más dramática... Más todo, vamos. Le faltaban bastantes pinceladas, a mi modo de ver, pero...

no he venido a hablar de la peli. Yo soy así... Veo una peli y lo único que se me ocurre es...

Janice Man! Te quiero...


En la peli hace de Juuuneeee... (June~~) Y... Se lo agradezco enormemente... Me ha hecho pensar "oiga... pues 5 años de diferencia no son tantos"~~

¿Esto es lo que busco yo en un ser atractivo? ¿Que sea frágil, poco musculado y, en caso de ser mujer, plana? Pues puede ser, oiga...

 Man... No es la actriz del siglo... Ni... Ni tiene la figura para ser Miss Universo... (Casi tiene más figura para ser Mr. Universo...), pero vamos... La pongo aquí y, así, la podré ver cada vez que me conecte~

En Antes.

-Añoro aquellos días en los que, en la playa, con un palo y una toalla atada al cuello ya eras un héroe. Echo de menos el poder correr de un lado a otro, sin preocuparte por las miradas extrañas, sin ser consciente de ellas. Quisiera regresar a aquellos días en los que no existía un silencio incómodo, porque no te preocupaba casi nada y, si estabas triste, cualquier amigo te arrancaba una sonrisa proponiendo un juego o regalándote una chuche. A cuándo no sentías vergüenza al invitar a alguien a tu casa porque no podía malinterpretarse. A cuándo nadie decía que la música que escuchas "es una mierda" o que eres o dejas de ser más o menos feo. A cuándo papá y mamá eran fuentes de conocimiento inagotables y que jamás se equivocaban. A cuándo "futuro" y "mañana" eran ambos sinónimos y significaban "ir al parque". A cuándo te preguntaban "¿Qué quieres ser de mayor?" y respondías cualquier cosa que se te ocurriese, sin estar seguro siquiera de si era lo que querías porque no concebías qué era "ser mayor". A cuándo las cosquillas eran los más divertido que te podía pasar la mañana de un sábado.
- ¿Tantas cosas añoras?
- Y muchas más.
- Pero... ¿Es que no te gusta nada de lo que tienes ahora? ¿No te alegra haber crecido?
- No es eso. Simplemente me hubiera gustado pasar un poco más de tiempo en Antes.

jueves, 13 de enero de 2011

You and Me, de Lifehouse.

Últimamente me torturo a base de bien con esta canción de Lifehouse. La subo aquí para, de alguna forma, dar algún dato más acerca de mí. Y, es que... ¿Se puede hablar más claro?

Dado que no es que sea una canción ultramegadesconocida... Simplemente la pongo y punto.


¿Qué día es?
¿Y de qué mes?
El reloj nunca pareció tan vivo.

No puedo continuar
y no puedo retroceder.
He estado perdiendo demasiado tiempo.

Porque somos tú y yo y todos los demás,
sin nada que hacer,
nada que perder.
Y somos tú y yo y todos los demás,
y, no sé por qué,
no puedo apartar mis ojos de ti.

Simplemente, todas las cosas que quiero decir
no están saliendo bien.
Me atraganto con las palabras,
haces girar mi cabeza.
No sé a dónde ir desde aquí.

Porque somos tú y yo y todos los demás,
sin nada que hacer,
nada que probar.
Y somos tú y yo y todos los demás,
y, no sé por qué,
no puedo apartar mis ojos de ti.

Ahora hay algo acerca de ti
que no logro averiguar.
Todo lo que ella hace es bello.
Todo lo que ella hace está bien.

Porque somos tú y yo y todos los demás,
sin nada que hacer,
nada que perder.
Y somos tú y yo y todos los demás,
y, no sé por qué,
no puedo apartar mis ojos de ti.

Porque somos tú y yo y todos los demás,
sin nada que hacer,
nada que probar.
Y somos tú y yo y todos los demás,
y, no sé por qué,
no puedo apartar mis ojos de ti.

¿Qué día es?
¿Y de qué mes?
El reloj nunca pareció tan vivo.

miércoles, 12 de enero de 2011

Y perder por siempre...

Tu cuello se alza erguido, orgulloso, aunque tu mirada luce tímida en la cima. Me recuerdas a un faro que busca un mar al que enfocar, aunque más bella.
Podría pasarme horas observando la blanca piel que te cubre si llegar a cansarme y podría cubrirla de caricias que dieran al fin una temperatura normal a tu cuerpo.

- Eres un cadáver -te digo, y sonrío-. No es posible estar tan fría si no es por eso.

Tus ojos me capturan entre divertidos y molestos mientras tus labios se curvan hacia arriba. ¡Y es por mí! En acto reflejo, atrapo tus manos con las mías. Ahora tú tienes mis ojos, pero yo tus manos, y no planeo dejarlas libres pronto.

- Estamos empatadas -susurro.

Dejas salir una risa muda en forma de invisible bocanada de aire dulce. Luego te acercas a mí y me abrazas de esa forma que solo tú sabes.

El hueco de mi hombro parece diseñado solo para que poses en él tu mejilla; tu cabello para hacer cosquillas en mi cuello. Mi cuerpo, para anhelarte.

- Ahora gano yo -ríe tu voz junto a mi oído, tiernamente.

¿Y quién soy yo para negarlo? Sinceramente, si es esto una derrota, no veo qué obsesión hay con ganar.

lunes, 10 de enero de 2011

Prohibido enamorarse.

Es un día tranquilo en la dimensión de la Amistad, o al menos eso parece. Los manzanos están repletos, como siempre, y una dulce musiquilla invita a  acomodarse bajo un árbol, hablar y reír. No obstante hay algo que empaña la aparentemente perfecta armonía: Violeta se ha enamorado, y eso es algo que esta prohibido en este lugar.

domingo, 9 de enero de 2011

9 de enero.

Mañana empiezan las clases. Mañana empiezan las clases. Mañana empiezan las clases. Mañana empiezan las clases. Mañana empiezan las clases.

No. No soy una especie de campaña publicitaria o algo así (ni tampoco un verdugo en plena tortura), pero puedo asegurar que he reescrito la frase cinco veces; no he cortado/pegado nada (llamadme tonta). ... Esta última frase leída de nuevo carece de sentido (es por la conjunción adversativa, que no es la adecuada...)... Y eso me gusta.

Mañana empiezan las clases. Si alguien viniera y me preguntara "¿No quieres que empiecen?" mi respuesta sería gutural y ciertamente grotesca. Eso sí... Me quedaría a gusto, pero

no estoy aquí para hablar de lo mucho (?) que adoro mi querido bachillerato tecnológico. Vengo a algo mucho mejor.

¡Vengo a hablar de lo primero que se me pase por la cabeza porque necesito vacíar mi cabeza de ideas que aprietan las paredes interiores de mi cráneo con violencia! Lo que vendría siendo un "tirar de la cisterna del váter que es mi mente".

Me gustaría que me mordieran el cuello. Y quiero girar sin marearme. Es divertido ver como todo da vueltas, pero la sensación de que tu comida corre peligro en el estómago que viene más tarde me quita las ganas de hacerlo.
Quiero un abrazo. Quiero llorar. Si me abrazan, lloro. Todo sería muy sencillo si no fuera porque no quiero que sean mis padres o mi hermanito los que me vean llorar mientras me abrazan. Se preocuparían. Me pregunarían si me ha pasado algo, y entonces tendría que hablarles sobre confesiones amorosas poco (o nada) fructuosas, hormonas y fingers de queso con salsa barbacoa. Por eso, algún día, cuándo sea una respetable adulta en edad laboral (o cuándo tenga dinero para pagar a otros que hagan esto por mí, que es como funciona el mundo ahora), inventaré un robot reparti-abrazos-cariñoso-cálido-agresivos y lo patentaré. Luego lo fabricaré en masa y lo venderé, consiguiendo arruinarme por su poco éxito (causado por el diseño poco ergonómico que tendrá y por la fea combinación de los colores rojo y rosa que elegiré). Con suerte, partiendo de hoy, conseguiré un abrazo antes de que eso ocurra.
¿Quién sabe? Con suerte, tal vez el abrazo recibido me quite las ganas de llorar (pero no me pondré optimista o se acabará mi interminable depósito de calamidades para momentos de bajo humor).

Feliz 9 de enero. Yo, por mi parte, seguiré fingiendo que esas malsonantes palabras que escucho desde el salón no van por mí : D

No.


no.
(Del lat. non).
1. adv. neg. U. para negar, principalmente respondiendo a una pregunta.

miércoles, 5 de enero de 2011

Una semana de vacaciones

- Quiero una semana de vacaciones -murmuró el ejecutivo.
Su jefe frunció el ceño. No hacía falta fijarse mucho para darse cuenta de que estaba deseando ponerse a girar en su silla de oficina nueva, esa que tenía la tapicería de cuero, pero en vez de eso se veía obligado a juntar las yemas de sus dedos, adoptar un semblante pensativo y escuchar la petición de aquel empleado cuyo nombre no recordaba.
- Eso no puede ser -terminó por decir tras dejar pasar dramáticos segundos con el único fin de hacer sufrir a aquel hombrecillo de frente sudorosa-. El mundo se termina mañana. ¿No ve usted las noticias?
El ejecutivo negó varias veces, claramente contrariado.
- Eso no me incumbe a mí. Yo solo le he expuesto mi petición. Quiero la semana de vacaciones que me corresponde este año.
El magnate suspiró y asintió, cansado.
- De acuerdo. Haré lo que pueda. Le recomiendo, entonces, que me lo pida de nuevo hace seis días.

>o< Quiero agradecer a Ash su inestimable ayuda a la hora de realizar yo este escrito. Oficina. Procuraré no olvidarlo nunca... (Sí, lo de añadir cosas con letra pequeña al final es un plagio muajaja)

Búfalos con sal.

- Deberías echar un poco más de sal a ese café.
Me miras y asientes. Haces lo que digo. Entonces bebes.
- Sabe mucho mejor así -explico.
- Tienes razón -reconoces nada más paladearlo.
Mientras sorbes la bebida caliente me miras de reojo. Sé que te demoras más en tomarla para que la porcelana selle tus labios; para no tener que hablar. Finalmente, con suma delicadeza, dejas el humeante recipiente sobre su platito.
Uno de los muchos loros que vuelan por la habitación me entrega una carta y se marcha de nuevo, reuniéndose con sus compañeros de vivos colores.
- ¿Qué querías decirme? -me preguntas.
Te muestro la carta con una ancha sonrisa.
- Es el quince de picas -te digo.
- Esa carta no existe.
- Pero aquí la tengo. ¿No la ves?
Dejo que una ardilla de piel moteada se lleve la carta y yo misma tomo un sorbo de mi café.
- No soporto el té -murmuro-. Tampoco soporto tener las uñas demasiado largas.
Tú ríes.
- A mí no me gusta el café -me dices.
- ¡Maldición! Pude traerte otra cosa. Tengo zumo de lirio. Aún podría hacerlo, sin embargo no me apetece levantarme, por lo que espero que no te incomode que no lo haga.
Niegas lentamente y yo me recuesto en el sillón que me sujeta.
- ¿Hay algún motivo para que me hayas hecho venir o solo querías tomar un café conmigo?
- Ambas -respondo.
- Eso es imposible.
- Entonces es solo porque quiero decirte que te quiero.
Enarcas una ceja y noto como una risilla pugna por abandonar tus labios.
- ¿Me quieres? -preguntas, mitad incrédula y mitad jocosa.
- ¿Y no puedo hacerlo acaso? ¿Quieres unas pastas?
- No me gusta mezclar pastas y café con sal.
- Suele pasar. No es una combinación demasiado normal.
Tu sonrisa se ve tensa de pronto. Me disculpo y abandono mi asiento.
- En fin... Ya hablaremos luego de esto. Ahora tengo que ir a cazar búfalos.

sábado, 1 de enero de 2011

2011...

5 personas comiendo uvas...

El año empieza con mi padre llorando. La primera vez que lo veo en mi vida, y desconozco la razón.

Es extraño...

Devastador...

No me gusta...