martes, 18 de enero de 2011

En Antes.

-Añoro aquellos días en los que, en la playa, con un palo y una toalla atada al cuello ya eras un héroe. Echo de menos el poder correr de un lado a otro, sin preocuparte por las miradas extrañas, sin ser consciente de ellas. Quisiera regresar a aquellos días en los que no existía un silencio incómodo, porque no te preocupaba casi nada y, si estabas triste, cualquier amigo te arrancaba una sonrisa proponiendo un juego o regalándote una chuche. A cuándo no sentías vergüenza al invitar a alguien a tu casa porque no podía malinterpretarse. A cuándo nadie decía que la música que escuchas "es una mierda" o que eres o dejas de ser más o menos feo. A cuándo papá y mamá eran fuentes de conocimiento inagotables y que jamás se equivocaban. A cuándo "futuro" y "mañana" eran ambos sinónimos y significaban "ir al parque". A cuándo te preguntaban "¿Qué quieres ser de mayor?" y respondías cualquier cosa que se te ocurriese, sin estar seguro siquiera de si era lo que querías porque no concebías qué era "ser mayor". A cuándo las cosquillas eran los más divertido que te podía pasar la mañana de un sábado.
- ¿Tantas cosas añoras?
- Y muchas más.
- Pero... ¿Es que no te gusta nada de lo que tienes ahora? ¿No te alegra haber crecido?
- No es eso. Simplemente me hubiera gustado pasar un poco más de tiempo en Antes.

1 comentario:

  1. Bienvenida a la vida adulta. ¿Puedo pedirte un favor? Te lo pido. En un momento tranquilo de un día que haya sido especialmente tranquilo y satisfactorio, siéntate unos minutos a solas delante del ordenador y escríbenos una reflexión sobre las cosas buenas que tiene esta nueva etapa de vida (está permitido usar la opción "conectar el ordenador y disfrutar durante unos minutos de... sí, porqué no, las fotos de Janice Man").

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