Claro de Luna
Sonaba Claro de Luna.
A través del gran ventanal entraban pálidos rayos de luz que iluminaban parte del piano, negro y brillante. Las notas eran arrancadas del instrumento con maestría, pero, lentas, parecían ser tocadas por manos fantasmales nacidas de las sombras. La habitación acompañaba al triste llanto del piano con una casi completa austeridad y, fuera de la casa, incluso el viento parecía guardar silencio para escuchar cada uno de los acordes.
En las paredes, un cuadro iluminado por la luna. El marco, que bien podría haber tenido un brillante acabado en otra época, lucía ahora apagado, como el semblante del silencioso espectador que observaba desde el lienzo. La pintura representaba a un hombre de tez brillante y mirada triste, como si aquella fuera su prisión de óleo y ya se hubiera resignado a permanecer en ella eternamente.
Junto al cuadro, una estantería de madera oscura y mate. Siete estantes amplios en los que no quedaba espacio para nada más. Libros de colores, que parecían grises en la noche, ocupaban el espacio destinado para ellos a la perfección, como si el mueble hubiera sido hecho a medida para ese número exacto de páginas.
Ágiles, los blancos dedos del pianista se desplazaron hacia la derecha y el instrumento entonó notas más agudas para luego bajar de nuevo. Finalmente, sonaron los dos últimos acordes que, durante un instante, parecieron el comienzo de una marcha fúnebre y no el final de la sonata.
Pasaron varios minutos hasta que las pálidas manos se levantaron de las teclas color marfil, y lo hicieron con tal lentitud que no parecían ser las mismas que las que, veloces, habían hecho sonar el piano.
Lentamente, el intérprete se acercó al ventanal y la luz de la luna bañó su rostro pálido dándole un aire macabro en medio del silencio que reinaba en la habitación. Con calma, el hombre alzó sus ojos hacia el cielo.
La luna brillaba más de lo normal aquella noche como si, de alguna forma, quisiera agradecer la sonata que le habían dedicado.
Esto realmente vendría siendo el prólogo de una historia que todavía no escribí. Tengo algunos fragmentos más de la misma. Por si alguien le interesa, los protagonistas son una niña fantasma y un pianista que no envejece (es muy raro todo...)
Una vez más, muestro mi amor hacia el piano : 3
Ahora me voy a hacer el trabajo de lengua castellana. Buenas tardes u.u
Quién no tiene algo escrito con "luna" en su nombre xD (luz de luna de hecho se iba a llamar claro de luna, pero ya me parecía demasiado y lo cambié).
ResponderEliminarOhhh así que hay historia, eh? *O* ya sabes que a mí esas cosas me interesan *indirecta indirecta*
Piaaaaano <3 (vaya, hace mucho que no lo toco, ahora tengo ganas)
Toca el piano, Len, tú que sabes... Yo lo adoro y... no puedo ú.u
ResponderEliminarLa historia de claro de luna =D que genial u,u el tipo ya me cae bien u,u y la niña también lol
ResponderEliminarPues a ver si subes más de ella u_u